miércoles, febrero 21, 2007

Igual se escribir sin groserías



Monotonía



“El Felipillo” estaba en la cúspide de su carrera, tenia ya varias patas, colas y orejas en su vitrina, era el mejor. Pero últimamente ya no sentía el mismo placer que antes, se le hacia muy fácil dar esos pases magistrales, esos giros perfectos, retar al toro de manera elegante. Estaba aburrido. A diario pedía a dios, a la virgen y a varios santos que amaneciera con el corazón nuevamente excitado por el miedo que le causaba ver a un toro, pero eso nunca pasaba, pues al ver a el animal cara a cara, “El Felipillo” adivinaba todos sus movimientos y entonces daba esos pases magistrales otra vez, con sus giros perfectos nuevamente y retaba por enésima vez al toro de manera elegante. Todo de memoria. El mundo de los toros le resultaba ahora aburrido.

Un día “El Felipillo” estaba en su inmensa mansión en Madrid, se sentó en su sillón preferido y miro su vitrina llena de partes de animal. Se sirvió una copa de vino tinto y se la bebió de un solo trago. Tampoco el vino le emocionaba ya. Necesitaba tomar una botella de Tequila y beberla directo de la botella, un largo, largo trago, que le queme la garganta y le dificultase respirar. Que le haga caer al suelo y darse un golpe en la cabeza. Que le haga quedar inconsciente, para luego despertar.

Y lo que lo hizo despertar fue una fuerte respiración en la cara que contenía un penetrante olor, un olor que conocía muy bien, un olor a toro. Obviamente no le causo ningún temor ver a un toro de cerca, porque el los retaba de manera elegante. Lo que si le causo mucho temor fue cuando el toro habló. – ¿Tu eres Felipe González, “El Felipillo” no? – le dijo el toro. – Si, soy yo…- respondió el torero. – Te hemos estado esperando, pensamos que quizás nunca vendrías, la mayoría nunca viene…será un placer tenerte aquí - ¿Dónde estoy? – Ah!, estas en el mundo taurino…pero ven, debes estar cansado, sígueme, te llevare a tu habitación…- “El Felipillo”, estaba tan asustado que siguió a el toro que caminaba sobre sus dos patas traseras. Tardó un poco en darse cuenta que se encontraba en un palacio, y vio que todos ahí eran toros de lidia, grandes, chicos, mujeres y hombres. ¿Que diablos pasa? ¿Estoy soñando? Pronto llegó a su habitación. Era un cuarto muy elegante, con una cama grandísima, y un baño lujoso. – Aquí tendrá todas las comodidades, puede descansar para recuperar fuerzas, es un largo camino el que se hace hasta aquí – le dijo el toro en tono amable - No entiendo nada, ¿Qué hago yo aquí? – OH! no se preocupe señor, usted coma y descanse, recupere sus fuerzas…si quiere algo, todo lo que tiene que hacer es tocar esta campana. El torero estuvo ahí encerrado 13 días, con los mejores lujos y la mejor comida que había probado nunca. Empezaba a acostumbrarse y es mas, le empezaba a gustar, ahí no tenia que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a los toros que lo veían como un amigo o algo así. Después de los trece días llevaron a “El Felipillo” a un cuarto donde le dejaron desnudo y lo obligaron a salir a un estadio. Ahí se encontraba el toro más grande que había visto en su vida, parado sobre sus dos patas traseras y con un traje horrible y asquerosamente grotesco. El toro tenía un atuendo rojo y en la cabeza llevaba un sombrero de bufón, en el vestido había un agujero de donde se le salía su inmenso miembro viril y en la cola llevaba un cascabel. Estaba sosteniendo en una mano un palo y en la otra un látigo. Ahora si sintió temor al ver a un toro. Se vio desprotegido sin su capote y su espada, sin sus banderillas y su picador. Le explicaron que las reglas eran muy sencillas: lo único que tenia que hacer, era quitarle al toro el cascabel que tenia en la cola antes de que este lo matase, no es tan malo, si te esfuerzas mucho quizá te indultemos. De verdad trato de quitarle el cascabel, pero el palo que tenia el toro servia para mantenerlo a distancia, y con el látigo le azotaba. El toro cambio el látigo por una lanza delgada y ahora cada vez que se quería acercar le daba un buen picotazo. “El Felipillo” se sintió mareado porque no es muy fácil correr mientras vomitas sangre. Tenía el pecho y una pierna perforados, así que ya no podía mas, se sentó. Los miles de toros que rodeaban el estadio se pusieron de pie y comenzaron a bramar. El toro de traje grotesco cambio la lanza por una espada inmensa y se le acerco a “El Felipillo”, y con un movimiento ejecutado magistralmente lo corto a la mitad por la cintura. Mientras se desangraba, “El Felipillo” miraba sus piernas separadas del resto de su cuerpo, y comprendió el porque de su antiguo aburrimiento, el porque de su extinta excitación, y es que es mas fácil estar en el lugar del torero que en el lugar del toro.

Mientras tanto en los principales periódicos de Madrid, de lo único de lo que se ha hablado durante los últimos trece días, es de la extraña desaparición de Felipe González, “El Felipillo”.



Fin.

10 comentarios:

Imnotok dijo...

NOTAS: El titulo esta de la verga. Me basé en un sueño todo cagado que tuve. Como tengo mucho trabajo y no se me ocurre ni madres, pues relleno el espacio con este cuento. El que se ría que chingue a su madre.

Pink Panther dijo...

Esa ya me la habias mostrado, esperare a que saquen la pelicula!!!. :D

caminante errante dijo...

chido cuento o sueño ¿o que fue? en todo caso presta pa' andar iguales....

Clementina dijo...

Me gustó. Pero ¿Por qué habría de causar risa?

Eso deberia de pasarle todos los toreros.

Anónimo dijo...

vaya hasta que te animaste a publicarlo!!! buena onda... viva el toro!!!! jejeje

El Pinche Contreras dijo...

la verga pinche drogadicto... que te metiste?
Ta'chingón.

s4nt0 dijo...

esta chido, la neta

imveryfine dijo...

Sigue escribiendo asi perra inmunda y bastarda. saludos

gaby dijo...

lo escribiste tú?

realmente esta muy bueno, es hora de que el humano comprenda a los animales, y creo que una buena forma de hacernos pensar es escribiendo... que buen sueño tuviste.

Siempre, siempre he estado en contra del taurino.

Hay una canción de ska-p,... algo con taurino, mierda, he olvidado el nombre... escúchala.

Las cochinillas si ladran... en mi mundo..

nos leemos.

tu.politóloga.favorita dijo...

Aghh odio la tauromaquia!
saludos!